Desde fotografías compuestas con textos, esculturas y street-art, el arte de Montserrat Martínez claramente está influenciado por sus raíces mexicanas. Nacida en Tenancingo, Estado de México, siempre estuvo expuesta a los colores vívidos y llamativos que hoy se han convertido en un elemento característico de sus piezas.
Con varias de ellas ha recorrido el mundo exponiendo en Suiza, Miami, Japón y recientemente en ARTillery y Burning Man, en el gran desierto de Black Rock, Nevada.
¿Recuerdas cuál fue tu primer acercamiento con el arte?
Cuando tenía 6 años, me encantaba dibujar caricaturas con mi hermano mayor. Él era fanático de Los Caballeros del Zodiaco y todas esas caricaturas japonesas que fueron moldeando mis gustos hasta el día de hoy.
¿De dónde proviene tu mayor fuente de inspiración?
Encuentras inspiración en absolutamente todo. Yo siempre intento enfocarme en la parte bonita y en la belleza que existe en el mundo, desde lo más simple. Yo creo que ahí es en donde realmente se encuentra la energía creativa. En los últimos meses he tenido una atracción muy fuerte hacia las flores y ahorita estoy empezando a pensar en nuevas ideas para varias pinturas haciendo referencia a ellas.
Platícanos un poco sobre tu proceso creativo al momento de comenzar un nuevo proyecto.
Tengo un proceso un poco extraño. Los pintores por lo general hacen bocetos o ilustraciones previo a plasmar su obra en acrílico o en óleo. El mío es distinto: busco siempre crear un cuento corto o historia, y de esos personajes salen ideas para posteriormente crear mi pintura o personaje, como en el caso de mi obra La Mujer Conejo.
¿Cuál ha sido tu mayor reto dentro de la industria?
Con la pandemia, todas las exhibiciones y eventos artísticos se tuvieron que cancelar. Eso fue un reto muy grande porque tuvimos que cambiar todo a una plataforma digital.
Con La Mujer Conejo, iba a llevar el arte físico a Burning Man 2020. Es un proceso muy largo para que acepten el arte, pero yo mandé mi propuesta y logré que la admitieran. Conlleva muchos detalles por tratarse de una locación en el desierto y hay que ser muy cuidadosos. Ya teníamos todo preparado cuando cancelaron el evento, y al último minuto nos avisaron que sí se llevaría a cabo, pero de manera digital. Todo mi proyecto, que estaba pensado de una manera física, se tuvo que cambiar a digital en menos de un mes.
Fue un gran reto.
¿Cuál es el aspecto más gratificante de tu carrera?
Cuando ves tus piezas exhibiéndose y compartirlo con todos tus seres queridos es de los mejores sentimientos. Es el momento cuando puedes disfrutar e intercambiar opiniones sobre tus piezas.
¿Qué buscas transmitir a tu audiencia?
Con mis últimas ilustraciones sobre los corazones, quisiera poder transmitir amor. He estado muy enfocada en la transformación de lo negativo a lo positivo y creo que los corazones están muy presentes con la idea de renovación, transformación y transmutación.
¿Con quien te encantaría colaborar?
¡Tengo una lista enorme! Sin embargo, me fascinaría poder hacer algo con David Lynch.
¿Cuál es tu color favorito?
Mi arte es súper colorido. Me encanta el color. Pero siempre me visto de negro, todos los co- lores los dejo para mis pinturas.
En una palabra, ¿cómo describirías tus piezas?
Mexicanas.
Fotos: Cortesía de la artista
Texto: María Zapata