El arte es mucho más que colores armoniosos o piezas estéticamente agradables. Su labor es transmitir algo y dar una opinión sin necesidad de usar palabras. El trabajo de Pipe Yanguas sintetiza esta premisa y nos hace ver que todo a nuestro alrededor está conectado con nuestro pasado y con la naturaleza. Descubre más sobre su arte y trayectoria a continuación.
Pipe Yanguas es un artista cuya carrera tiene de fondo una historia increíble: al retratar año con año a personas rodeadas de objetos o momentos que les apasionaban, logró que cada quien visualizara la evolución de sus motivaciones y reflexionara sobre la importancia de sus decisiones.
Cuando comenzó la pandemia, su carrera dio un giro inesperado. Al no poder viajar más, regresó a Colombia y, ahí, se encontró con lo que fue su primer acercamiento a “los puntos y las líneas” con un insecto de gran tamaño y tan colorido que su arquitectura corporal se le figuró a la coraza de un guerrero samurái. A partir de entonces, empezó a pintar sin parar, deconstruyendo la imagen del insecto y componiendo universos infinitos con el uso de puntos y líneas.
Así nació la frase insignia de su obra: “Juntos somos infinitos”, la cual hace referencia a cómo un punto o una línea por sí solos son simplemente eso, un punto o una línea, pero cuando juntas muchos puntos y líneas, como se observa en cualquiera de sus composiciones, dan lugar a un sinfín de mundos e interpretaciones.
Tuvimos el honor de platicar con Pipe Yanguas sobre su inspiración y esto fue lo que nos contó.
¿Cómo escoges los colores que plasmas en tus obras?
Me la paso pintando, ensayando, probando combinaciones e inventando nuevas conformaciones de puntos y líneas. Así, voy descubriendo cuáles me gustan más. Sin embargo, cuando me doy a la tarea de desarrollar un concepto nuevo, estudio y determino qué colores funcionan. A veces, es alguna combinación que ya había probado, pero otras veces se me ocurre algo inesperado.
¿Cuál es tu obra favorita hasta el momento?
A cada obra le entrego toda mi energía, por eso vivo inevitablemente enamorado de todas y me resulta difícil escoger una. Sin embargo, hay una obra muy especial que ha sido la única en su género de lo que he hecho, es una obra de video art. La hice en colaboración con un pianista venezolano radicado en Suiza, Elar, quien compuso el tema musical basado en el concepto de mi obra, y un videógrafo colombiano, Andrez Abril, quien capturó con su lente la idea en movimiento. La obra toma lugar en un mural de piso que hice en el 2020 llamado World Connection. Para mí, cada punto representa a una persona y, cada línea, el lazo que nos conecta (que puede ser familiar, amoroso, de amistad, un sueño o un proyecto por realizar); así es como pienso que todos en el mundo estamos conectados, entre todos y con todo. En esta obra de video art titulada Air Connected, yo represento el aire (un elemento que nos conecta a todos) moviéndome sobre el mural en una danza orgánica que conecta todos los puntos y líneas. Es una pieza que nos recuerda que todos vivimos conectados. Entender que recibimos lo que damos debería ser siempre la base y dirección de nuestra vida.
¿En qué te inspiras para crear tus obras?
Mi mayor inspiración y motor de vida es la conectividad; todo mi arte nació de la conexión con la naturaleza.
¿Cuáles han sido tus mayores retos?
Mi mayor reto ha sido conmigo mismo. Mi mente siempre está creando e inventando; se me ocurren ideas sin parar, sobre todo cuando tengo un lápiz y un papel a la mano. Materializar estas ideas toma tiempo y, cuando comienzo a desarrollar un concepto, ya se me han ocurrido otros 5 que quiero empezar. Mi mayor reto es lograr estar presente, darle a la obra en desarrollo toda mi atención y ser paciente para hacer el proyecto de principio a fin. Ya después puedo iniciar otro proyecto, pero sigue el reto constante de la calma. Hay que vivir el presente.
Entrevista realizada por Nathalia Téllez