Las infinitas posibilidades de cada proyecto despiertan la curiosidad de Laura Panebianco, cuya creatividad y visión personal, sumados al entorno urbano y natural, son las piedras angulares de espacios que trascienden tendencias efímeras.
¿Qué te inspiró a fundar Studio Panebianco?
Siempre supe que ser diseñadora independiente era indispensable para tener mi propia voz. Desde que estuve en el colegio hasta graduarme de la universidad, disfruté mucho trabajar con distintos diseñadores y mentores. Al mismo tiempo, soñaba con tener mi propio estudio algún día y, en 2016, cuando me mudé de Nueva York a Miami, salió mi primer gran proyecto y tomé la oportunidad.
Tener tu propio estudio conlleva mucho compromiso. Tienes tu nombre en la puerta y al final eres tú la responsable de absolutamente todo lo que sucede bajo tu guarda, pero al mismo tiempo, vas desarrollando tu propio estilo que, al final, es la razón por la cual los clientes te buscan.
Describe el estudio en tres palabras.
Colorido, atemporal y artístico.
¿Qué te llevó a establecerte en la Ciudad de México?
Nací y me crié en Colombia, pero a los 14 años mi familia y yo nos mudamos a Estados Unidos, donde terminé mis estudios e hice mi maestría. Después de haber tenido a mi primera hija en ese país, y aprovechando que llevaba unos años con mi despacho personal, mi esposo y yo decidimos probar un lugar nuevo. Nuestras raíces latinas nos estaban llamando. Él es venezolano, yo colombiana y no veíamos oportunidades en nuestros países natales en ese momento. Entonces dijimos: “¿Por qué no México?”
A pesar de que mi mamá es mexicana, yo nunca había experimentado la cultura a profundidad, sin embargo, es un país que siempre me ha llamado y que llevo en la sangre. Así que, seguimos nuestro instinto y llegamos a México en 2018. Es una decisión que sin duda fue la correcta, estamos muy contentos y para mí, como creativa, la riqueza cultural que engloba el país es fundamental.
¿Cómo integras la sofisticación y la atemporalidad en tus diseños?
El punto de partida es la ubicación geográfica, la ciudad y la arquitectura. Somos interioristas y colaboramos con arquitectos. Lograr esa atemporalidad tiene mucho que ver con el contexto. Nos inspiramos mucho en el cliente, ya que al final es quien va a habitar el espacio: ¿De dónde viene el cliente? ¿Qué colecciones trae? ¿Qué herencias trae? ¿Qué deseos tiene para el espacio?
Otro de los principales mantras de nuestro estudio es reutilizar y pensar la parte ecológica. Eso le va dando personalidad a los espacios, vamos mezclando y, si necesitamos comprar algo nuevo, vemos lo que ya tenemos y si sentimos que está demasiado contemporáneo, tal vez le traemos un elemento más antiguo y viceversa. Es una curaduría muy delicada que se va armando orgánicamente, ninguna decisión se toma sin pensar en todos los otros elementos que la están afectando.
Platícanos sobre tu proceso creativo.
Sin importar el proyecto en cuestión, el proceso en sí es muy parecido. Sin embargo, me encanta ver cómo la evolución de cada proyecto trae sorpresas, el rumbo va cambiando y termina adquiriendo estilos divertidos, románticos, modernos o clásicos. En un principio, aterrizamos con el cliente cómo busca sentirse en cada espacio para, con cuidado y dedicación, prestar atención a cada detalle del diseño total.
Desde carpintería fija, cocinas y baños, mucho tiempo va dedicado a alcanzar las proporciones correctas. Salimos a buscar piezas muy específicas, pero no necesariamente sabemos qué marca o tipo de mueble van a ser. Por ejemplo, si el cliente me dice que tiene otro sofá, y funciona, se cambia y se le pone una tela que vaya mejor con el ambiente. Es así como empieza a desarrollarse esa conversación en la que jugamos con cada aspecto.
Al seleccionar colores, texturas y patrones para tus proyectos, ¿de qué manera te inspira el entorno urbano?
Sin duda, el ambiente que nos rodea es elemental. Desde algo tan sencillo como la calidad de la luz que tenemos en la Ciudad de México y cómo renderiza los colores, es muy distinto a cómo el sol pega y juega con la iluminación en ciudades como Copenhague. Lo mismo con las telas y patrones que son distintos en cada país o región del mundo.
Por lo general, mezclamos piezas de diferentes locaciones en un proyecto y usualmente los clientes que nos buscan tienen sus propias colecciones de objetos, arte y piezas especiales. También, me inspiro mucho en las estaciones, los inviernos largos y cortos o los días de verano que acaban hasta tarde. El contexto geográfico urbano es todo.
¿En qué radica que un diseño de interiorismo sea atemporal?
En transmitir la personalidad del usuario con autenticidad. Estudio Panebianco es un vehículo para que el cliente logre expresarse a nivel de interiorismo. Hay mentes matemáticas, científicas, mentes que tienen deseos y gustos para su casa y por eso nos están buscando a nosotros, para plasmar su identidad en el hogar.
Si logramos plasmar esa voz auténtica del cliente y que sientan que ese espacio verdaderamente los representa, ahí está la atemporalidad. A pesar de utilizar ciertas piezas en tendencia, no somos un despacho que se rige por la moda. La idea es que, al ver un proyecto nuestro del 2016 vs. uno del 2023, no sepas realmente en qué año se hicieron.
¿Qué rol juega la sostenibilidad en tu enfoque del diseño?
La industria de la arquitectura y del interiorismo pueden llegar a ser sumamente dañinas para el medio ambiente. El nivel de basura que puede llegar a salir de un proyecto es aterrador. Por lo que, desde los materiales arquitectónicos hasta la decoración, estamos muy conscientes de dónde podemos ahorrar, reutilizar o reciclar el material. Generalmente hacemos remodelaciones de espacios ya existentes. Ya sea por contexto arquitectónico o por la personalidad del entorno y del cliente, no me gusta entrar a un proyecto y arrancar todo.
Además, cuidamos mucho el presupuesto local, no traemos objetos de otro lado del planeta si no es necesario, se busca la manera más eficiente y sostenible de ejecutar nuestra visión. Por otro lado, una de las maneras más bonitas de ser ecológicos en esta industria es utilizando muebles vintage, antigüedades, o restaurando lo que el cliente ya tiene.
¿Cómo te aseguras de que cada proyecto refleje la personalidad y las necesidades del cliente?
Cuando aceptamos un proyecto nuevo, somos conscientes de que nos estamos casando con el cliente por un periodo extendido que puede ser desde nueve meses hasta tres o cuatro años. Primero, debe haber un entendimiento mutuo de qué es lo que queremos lograr, tiene que haber mucha sinergia. Me gusta que la personalidad de mis clientes haga match con la nuestra, soy muy buena leyendo a las personas, para comprender lo que buscan. Tenemos una relación íntima con el usuario para entablar conversaciones donde describen cómo les gusta vivir, qué necesitan de sus hogares y así se va esclareciendo el proyecto.
¿Qué te motiva a seguir explorando y creando en el mundo del diseño de interiores?
Me considero una persona supremamente curiosa y para mí es una de las cualidades más interesantes que hay. Si eres curioso, siempre hay algo por aprender, es infinito. No hay cliente ni proyecto igual, cada uno tiene sus propias peculiaridades. El interés por lograr algo bien hecho una y otra vez es lo que me motiva. Cuando uno aprende de los proveedores, artesanos y profesionales en sus trabajos, se enriquece de nuevas ideas. Ese es mi empujón de todos los días, conocer y explorar continuamente.
A grandes rasgos, ¿cuál es tu filosofía sobre la importancia del diseño en la vida cotidiana?
Soy de la opinión que al ser humano por naturaleza le atrae la belleza. Tenemos un ojo muy sensible por todo lo visualmente atractivo. Por ejemplo, al despertarse, mirar a través de tu ventana y ver un árbol floreado, el ojo lo recibe, percibe y aprecia. Y qué lindo es sentarse en un sofá muy cómodo y tomarte una taza de café que se sienta ergonómica y cómoda para tu mano.
“No soy el tipo de persona que tiene la visión ya hecha de cómo va a lucir el espacio exacto en el día de la entrega, me encanta irme inspirando por las ideas del cliente, así logramos una atemporalidad.”
La importancia del diseño en la vida cotidiana para mí es un tema de salud mental. Me parece que, psicológicamente, si tu espacio te ofrece comodidad, tranquilidad, serenidad, belleza física, lo disfrutas más. Qué diferente es la experiencia cuando hay belleza a tu alrededor, el buen diseño está en todo lo que nos rodea y estamos en ambientes completamente diseñados.
¿Cómo ves la evolución de Studio Panebianco en los próximos años?
Me encantaría seguir creciendo el despacho para poder manejar más proyectos al año y, simultáneamente, entrar en diseño de producto. Diseñar el objeto como tal en vez del espacio completo es una inquietud que creo que todo interiorista tiene. Al ya diseñar piezas hechas a la medida para nuestros proyectos, el siguiente paso es pensar en reproducirla y venderla. Eso está in the works, pasarnos a ese otro espacio de diseño industrial.
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