Travesía por los Mares del Sur

A través de aguas cristalinas, el barco Paul Gauguin abre una mirada hacia la cultura y los paisajes de la Polinesia Francesa.

Desde atolones flotando sobre el Pacífico y volcanes cubiertos de vegetación hasta comunidades que viven al ritmo del mar, los rincones del archipiélago que el Paul Gauguin recorre revelan la fascinante Polinesia. A bordo, una experiencia curada para disfrutar del entorno con conciencia y tranquilidad. 

El navío 

Diseñado específicamente para moverse con agilidad en aguas poco profundas, el crucero de baja escala prioriza la intimidad, por lo que cuenta con siete cubiertas y capacidad para poco más de 300 pasajeros. Asimismo, los camarotes fungen como refugios flotantes, todos exteriores y muchos con balcón privado, a base de materiales como madera, textiles naturales, una paleta de colores neutros y azules, con detalles inspirados en la estética local. 

Para disfrutar dentro del navío se encuentra una alberca con vista panorámica, lounges con programación en vivo, bares, una boutique con artesanías locales y una marina retráctil en la parte posterior del barco que permite lanzarse al mar directamente desde cubierta. Por otro lado, el spa, operado por la marca de cosmética marina Algotherm, combina tratamientos franceses con productos polinesios, entre los cuales se encuentran masajes con aceite de monoi, mascarillas a base de coco y vainilla, rituales de exfoliación con sal marina y sesiones de hidroterapia. 

La travesía

El crucero inicia en Tahití y navega hacia la silueta montañosa de Moorea hasta la laguna turquesa de Bora Bora, pasando por Huahine, Raiatea y los motus de Taha’a, cada parada es una inmersión distinta. El recorrido varía entre itinerarios de 7 a 14 noches, y en algunos casos se extiende a archipiélagos remotos como Tuamotu o las Marquesas, ofreciendo explorar desde mercados, arrecifes y plantaciones de vainilla hasta templos antiguos o aldeas costeras. 

Más allá de la ruta, el Paul Gauguin ofrece una serie de experiencias como clases de bailes tradicionales polinesios, talleres de pareos hechos a mano, demostraciones de cocina local y pláticas sobre historia, ecología y cultura polinesia impartidas por expertos y guías locales. Por su parte, cuentan con actividades acuáticas, como paddleboards, kayaks, equipo de snorkel y opciones de buceo. 

Sabores del Pacífico 

En L’Etoile, el restaurante principal, las cenas se sirven a la carta con una propuesta que cruza técnicas francesas con ingredientes locales, desde un magret de pato glaseado con tamarindo hasta un mahi-mahi sobre puré de taro. Por otro lado, La Veranda ofrece un espacio más íntimo con platillos inspirados en la cocina del sur de Francia e influencias polinesias, mientras que Le Grill, al aire libre, sirve desayunos, almuerzos tropicales y cenas con platillos como pescado crudo marinado, plátano asado o el pan de frutas. Para maridar, cuentan con vinos provenientes principalmente de Francia y Oceanía, y la selección de cocteles gira en torno a frutas exóticas, hierbas frescas y rones especiados. 

Fotos: Cortesía de Paul Gauguin Cruises