A menudo se dice que la única función del arte es decorar las salas de estar; sin embargo, los artistas contemporáneos usan este medio para hacer declaraciones políticas que tienen una gran influencia en la sociedad, así como la capacidad de generar un cambio en el mundo.
Las obras de arte ya no solo están colgadas en las paredes de los museos o de las galerías; hoy en día, también se exhiben en los espacios públicos para que tengan una interacción directa tanto con las personas como con la realidad que las rodea. En ese sentido, el arte se ha convertido en un tipo de activismo que puede ayudar a crear conciencia sobre un tema en particular, a la vez que tiene el potencial de hacer una diferencia en el mundo.
Las fronteras han existido a lo largo de la historia para dividir geográficamente los países y controlar el flujo migratorio. Lamentablemente, también se han utilizado para segregar y marginar a las minorías. ¿Por qué no hacer arte en vez de construir muros? Este es el caso del artista francés JR, famoso por su excéntrica personalidad, su estilo irreverente y sus intervenciones fotográficas. JR es tan fiel a su personalidad que ni siquiera Agnès Varda, con quien recientemente hizo el documental Rostros y lugares (nominado al Óscar el año pasado), consiguió que se quitara sus icónicos Ray-Ban negros.
Podrá haber creado este “personaje” en el que se ha convertido en los últimos años para hacerse notar, como su colega anónimo Banksy, pero no es solo eso lo que le ha valido el reconocimiento internacional, sino también sus intervenciones, que interactúan de manera directa con el espacio y con las personas que lo transitan.
Sus fotografías monocromáticas a gran escala retratan las caras de personas que no son vistas; por eso, JR es más bien un activista cuyas obras son declaraciones políticas que toman una posición con respecto a lo que está sucediendo actualmente en el mundo, a la vez que fungen como una plataforma para representar a aquellos cuyas voces no son escuchadas.
Por ejemplo, uno de sus proyectos más recientes abordó el tema de la migración por medio de una instalación provocativa: la enorme fotografía de un bebé observaba desde México y por encima de la valla fronteriza el territorio estadounidense. El último día de la instalación, el artista realizó un picnic sobre un mantel extendido que tenía los ojos de un dreamer impresos. El mantel atravesaba la frontera, de modo que un ojo se encontraba del lado de Estados Unidos y el otro del de México. De esta forma, JR quiso mostrar que el mundo está observando lo que sucede en ese lugar.
Actualmente y hasta el 17 de agosto, se estará presentando la exposición “Horizontal” de JR en la Galerie Perrotin en Nueva York. Además de las obras que se exhiben dentro de la galería, el artista hizo una intervención en la fachada del edificio. Como la mayoría de sus intervenciones urbanas, esta también pone nuestra cultura al revés y nos muestra el potencial del arte para cambiar al mundo. Seamos honestos, su trabajo pertenece a las calles, no al interior de un cubo blanco.
Texto por Sheilla Cohen