Considerada una de las máximas exponentes de la escultura mexicana, Helen Escobedo (Ciudad de México, 1934-2010) es reconocida por sus colosales obras, las cuales se encuentran ubicadas en espacios públicos y parten de una profunda investigación sobre la arquitectura, el espacio y el medio ambiente. “El potencial de la escultura” es la primera muestra individual de la artista y se presenta en la galería Proyectos Monclova. La interdisciplinaria exposición está integrada por setenta y cinco obras que abarcan collages, esculturas, maquetas, pinturas y dibujos realizados desde finales de los años sesenta hasta la década de los ochenta.
El título de la exposición apela precisamente a la posibilidad de la escultura de trascender el hermético espacio del cubo blanco para colocarse afuera y, de esa manera, volverse parte de nuestro entorno, de la vida misma, porque la finalidad del arte público no es didáctica, como la de un museo, ni comercial como la de una galería, sino, más bien, se trata de democratizar el arte para incorporarlo a nuestra cotidianeidad. Sus esculturas poseen un carácter dual, de modo que la división entre el espacio exterior y el interior, lo íntimo y lo colectivo, lo geométrico y lo orgánico, queda desvanecida. Tal es el caso de Coatl (1979), una de sus obras más reconocidas, compuesta por una sucesión de cuadros que hacen alusión a una culebra (el significado del nombre de la obra en náhuatl), pintados en una paleta de colores vivos que van del amarillo limón al rojo oscuro.
La monumental escultura da la ilusión de estar en movimiento y es una oda a las serpientes del Pedregal, lugar donde abunda esta especie y en donde le tocó a la multifacética artista ver en dos ocasiones una cascabel. Al mismo tiempo, es también un homenaje a La corona de Bambi (1979) de su adorado amigo Mathias Goeritz, con quien colaboró, junto con otros escultores mexicanos y extranjeros como Ángela Gurría, Hersúa y Manuel Felguérez, para crear la Ruta de la Amistad con motivo de los Juegos Olímpicos que se llevaron a cabo en la Ciudad de México en 1968. Con este fin, realizó otra de sus esculturas más reconocidas, Puertas del Viento (1968), una estructura compuesta por dos muros de dieciocho metros, uno azul y el otro verde, que generan la ilusión de estar en movimiento. Sin embargo, lo que realmente está en constante transformación es el entorno que alberga esta obra, puesto que, en aquel entonces, la zona de Cuemanco se caracterizaba por el contraste entre el color azul del cielo y el color verde de sus campos de alfalfa, mientras que hoy en día todo lo que la rodea son edificios en construcción.
Por otra parte, Helen Escobedo no solo se dedicó a la producción y exploración de las artes plásticas, sino también a la gestión de las artes, pues fue responsable de transformar el Antiguo Palacio de Comunicaciones en el actual Museo Nacional de Arte (MUNAL) durante 1981 y 1982 y, posteriormente, dirigió el Museo de Arte Moderno (MAM) de 1982 a 1984. En los últimos años, sus intereses ecológicos la convirtieron en una de las pocas voces críticas del cambio climático y de su impacto en el paisaje urbano, lo cual se observa en sus instalaciones, que nos invitan a reflexionar sobre el capitalismo desbocado, el costo del progreso en el medio ambiente como resultado de la industrialización y el sombrío porvenir que nos depara en un futuro no muy lejano.
No obstante, la muestra únicamente se centra en el periodo de producción previo a esta etapa, revelando el proceso conceptual y de investigación que la escultora mexicana tuvo que realizar antes de materializar sus monumentales esculturas en espacios públicos, destacando de esta manera el vínculo que existe entre el arte y la arquitectura –una constante en toda su trayectoria artística– y la relación que establecen con el espacio que las rodea. “El potencial de la escultura” no solo es una invitación para comprender la visión de una de las máximas exponentes del movimiento escultórico geométrico mexicano, sino, también, una oportunidad para repensar la arquitectura, el espacio y la relación que establecemos con la escultura.
“El potencial de la escultura” estará abierta al público en la galería Proyectos Monclova hasta el 9 de marzo del 2019.
Escrito por Sheila Cohen
Fotos de Ramiro Chaves, cortesía del Fondo Artístico Helen Escobedo y Proyectos Monclova