La práctica artística del colectivo SANGREE se distingue por un nutrido desarrollo visual que les ha permitido navegar, con peculiar ingenio y sentido del humor, las múltiples capas de la historia del arte, así como sitios históricos, curiosidades científicas, sucesos inexplicables y narraciones míticas seguidas de un largo etcétera.
Estos intereses se han volcado en dos grandes archivos: uno fotográfico y otro de dibujo, en los que han plasmado un lenguaje propio de traducción e interpretación de las maravillas y horrores de la historia oficial y extraoficial de la humanidad. Estos archivos funcionan como las bases sobre las que se materializan proyectos en diferentes medios e investigaciones más extensas.
Los proyectos que eligen abordar suelen estar acompañados de un interés genuino por la materialidad que los conforma; también por una búsqueda constante por relacionar el formato, la técnica y la estética en una estrategia de composición simbólica que expresa las narrativas que cada pieza contiene, pasando por técnicas tradicionales y procesos artesanales, hasta instalaciones arquitectónicas de gran escala. Muchas de sus obras resguardan un carácter estético que pareciera revelar información de algún tipo de civilización desconocida o saber extraterrestre. Es una experiencia cercana a estar frente a un hallazgo arqueológico, sin saber a qué temporalidad pertenece el objeto. Para ubicarnos, nos brindan pistas a través de los elementos culturales que acompañan a las piezas: símbolos de la cultura popular, logos de marcas, geometrías del pasado, objetos cotidianos o componentes que juegan el papel de la apropiación con la que manipulan la historia relativizando su temporalidad.
Desde el comienzo de la colaboración, hace poco más de una década, SANGREE se ha considerado de manera paralela como una marca y esto surge de la intención de eliminar la idea de un autor o un artista individual y dar prioridad a la creación de una identidad colectiva. De esa manera, en las paredes de la galería resuena el nombre de SANGREE de una manera tan estridente que nos da la impresión de entrar a una tienda, pero al mismo tiempo tan camuflada, entre las geometrías del espacio y los pedestales, que se instala en nuestra mente casi sin darnos cuenta. La tipografía en las paredes es el signo que se convierte en patrón sobre la superficie de las piezas y que, a su vez, se convierte en el símbolo de todo lo que este colectivo de artistas representa.
“Burnt Stuff” nos invita a explorar una nueva faceta material del colectivo: la cerámica. El título de la exhibición hace referencia al término keramos, el cual los griegos utilizaban para designar todos los artefactos hechos a partir de arcilla cocida. A su vez, keramos proviene de una raíz en sánscrito que significa “quemar”. Es así como los griegos la utilizaban para hablar de la cosa quemada, o la tierra quemada; es decir, para referirse a los productos obtenidos a partir de la acción de cocer materiales terrosos.
Bajo esta aproximación tan directa del material, combinada con una práctica de estudio extendida por el confinamiento, es que SANGREE logra conjugar personajes, tipografías, abstracciones gráficas y logotipos –propios y ajenos– con las diferentes implicaciones simbólicas y la resonancia histórica del acto de quemar tierra. Lo anterior da como resultado una serie de piezas que reconocen el papel fundamental de la cerámica en la creación de ídolos, artefactos y herramientas a lo largo de la historia y, al mismo tiempo, revaloran su carácter utilitario. De este modo, se fortalece la idea de concebir a SANGREE también como una marca y su obra como mercancías o productos como los que se presentan hoy en la galería. La exposición se puede visitar de manera física en la galería con cita previa o de manera virtual a través de su online viewing room en su página web.
“Burnt Stuff”
SANGREE
09.09.20 – 10.10.20
Peana
D. Vía Clodia 169, Fuentes del Valle, N.L., Monterrey
P. peana.co
H. Lunes a viernes de 10:00 a 18:00 horas (previa cita)
Escrito por Sheilla Cohen