Desde hace seis décadas, a lo largo de su prolífica carrera, Sheila Hicks (Nebraska, 1934) utiliza los textiles como medio de expresión. Durante ese tiempo, la mundialmente reconocida artista norteamericana ha dedicado su práctica a tejer textiles precolombinos para crear tapices, cortinas e instalaciones de escala monumental, lo cual a menudo ha sido asociado a costumbres y tradiciones exclusivamente realizadas por mujeres como metáforas para romper con una práctica ancestral que ha sido subestimada por ser vista como artesanía y no como obra de arte.
A pesar de que su más reciente exposición, “Open Field”, en The Bass Museum en Miami, no es una retrospectiva, reúne una vasta cantidad de obras suyas que abarcan varios periodos de su extensa producción en la que explora y cuestiona aspectos formales, sociales y medioambientales del paisaje. Las piezas que componen esta muestra individual son obras maestras que apelan a todos nuestros sentidos, principalmente al tacto, puesto que uno siente la imperiosa necesidad de tocar uno de los tapices inextricablemente tejidos.
Esta cualidad háptica es lo que caracteriza el cuerpo de obra de la octogenaria artista cuyo legado es la reivindicación de la artesanía como un arte que requiere habilidad, paciencia y mucho tiempo de producción, lo cual pareciera estar en vías de extinción en una época como la nuestra en la que apremia la inmediatez y el consumo.
Desde ese punto de vista, el resultado de esta imperdible muestra individual es un diálogo interdisciplinario entre el arte, el diseño, la arquitectura y la decoración, que va más allá de un discurso meramente estético, pues aborda indirectamente cómo la globalización y el capitalismo han afectado prácticas milenarias como la producción de las artesanías y, al mismo tiempo, cómo la revolución tecnológica ha acelerado la automatización de las cosas y ha reemplazado el trabajo manual por máquinas que son más rápidas y efectivas que el ser humano. De acuerdo con lo anterior, la artista promueve el acto de contemplar como un acto de resistencia frente a la inmediatez, una acción tan simple que hemos olvidado o dejado de hacer por nuestro acelerado ritmo de vida y por la constante estimulación que recibimos por medio de los dispositivos móviles.
Por supuesto, lo más atractivo de esta colorida exposición es el debut de la monumental instalación Escalade Beyond Chromatic Lands (2016-2017) en Estados Unidos, la cual fue originalmente diseñada para el Arsenal en la Bienal de Venecia en el 2017. Sin embargo, lo más destacado es la invitación que la artista nos hace a sentarnos a observar alguna de sus monumentales instalaciones para ser capaces de admirar con detenimiento cada uno de los detalles que tienen estas obras maestras y contemplar la belleza de los distintos textiles teñidos manualmente, sus diversas composiciones y los patrones que forman en una amplia gama de colores. Las obras distan de ser meramente objetos decorativos que apelan estéticamente a la mirada y al tacto, pues transforman el espacio de la galería de la planta superior del museo y también nuestra forma de ver el mundo.
“Open Field” de Sheila Hicks estará disponible hasta el 29 de septiembre del 2019 en The Bass Museum en Miami, Florida.
Texto y fotos de Sheila Cohen