
Al fondo de una vitrina pulida como un lienzo de cristal, cada pieza espera su turno para deslumbrar. Son objetos comestibles que evocan jardines, diseñadas con la precisión de un diseñador y el expertisse de una casa de perfumes. En Sofitel Café, la panadería adquiere una dimensión artística.

La tradición panadera francesa (cultivada durante siglos con mantequilla y obsesión por el detalle) encuentra aquí una nueva narrativa. Una que platica con México a través de ingredientes locales, flores simbólicas y composiciones “sorpresa”. La colección La Haute Croissanterie Blossoms traduce esto en piezas florales, donde el sabor y la estética se unen con delicadeza.


En el centro de esta serie, Dahlia Rouge, concebido por el chef Mauro Montes, rinde homenaje a la dalia, flor nacional de México. El croissant, redondo como una flor, revela capas de ciruela mexicana marinada, queso crema, vainilla de Papantla, licor St-Germain y flores de saúco frescas.
La colección (disponible por tiempo limitado) presenta también piezas como Couronne Hibiscus con frambuesa y flor de bourrache; Éclair Citron Soleil con lima kaffir; o los minimalistas Grand y Petit Cube Soleil con mango y yogurt. Obras que podrían vivir tanto una galería como una pâtisserie.

El concepto de haute croissanterie, inspirado en la Alta Costura, encuentra en esta serie su expresión más fina. Pliegues precisos, sabores que evocan estaciones y paisajes, composiciones que despiertan los sentidos con la misma intensidad que una fragancia aromática o una tela bordada a mano.
Para quienes buscan una experiencia más lenta, Le Goûter en Sofitel Café ofrece una selección de estas creaciones en un ritual delicado de sobremesa, acompañado de pastelería fina y atmósfera elegante. La panadería, aquí, se manifiesta como arte contemporáneo.