Hay de caprichos a caprichos. Por un lado están los que no tienen justificación alguna y terminan siendo desastrosos. Y por otro lado, están aquellos que resultan excepcionales. Este último caso es la historia de Tirasavia, donde el chef Allan Feldman creó desde cero cada idea y cada detalle de esta propuesta gastronómica. Llamémoslo capricho o no, este menú honesto logra platillos deliciosos que van directo de la tierra a tu mesa.
Lo que comenzó como una esquina de café en la colonia Juárez se transformó en una propuesta de cocina sencilla y honesta. En Tirasavia los platillos respetan la temporalidad del campo y, a través del sabor y la calidad de los alimentos, confirmas la teoría de que Allan Feldman cuida minuciosamente cada detalle.
La decoración es sencilla, pero lujosa. El interiorismo acompaña, cual maridaje perfecto, la filosofía del lugar.
Es cierto que el menú va ajustándose de acuerdo a la temporalidad del campo y de la naturaleza. Sin embargo, esto no afecta el sabor. En el caso de nuestra reciente visita, cada platillo fue excepcional. Comenzamos con los canelloni de calabaza con queso ricotta, almendra, pistaches y puré de chícharo. Luego probamos un ceviche de robalo con leche de tigre, además de las entradas preparadas con berenjena y tahini.
Más adelante, la experiencia mejoró con el ragú de cachete de res con pasta hecha en casa, los ostiones al grill y el tagine de cordero con cuscús.
Para concretar la experiencia, hay tres opciones para diferentes personalidades. La primera es cerrar la velada con un café de su excepcional barra. En segundo lugar, puedes probar de un limoncello spritz o una mezcalita de toronja para conocer su propuesta de coctelería. La tercera alternativa para un poco más avanzada la noche es disfrutar la curaduría musical de Cinco Pies, su speakeasy secreto.
D. Bucareli 108, Juárez, CDMX
IG. @tirasavia