La costa oeste de Bali, donde junglas exuberantes y playas de arenas de lava negra poco exploradas abundan, Lost Lindenberg se destaca entre los paisajes isleños. Ubicado en el corazón del tranquilo pueblo marítimo de Pekutatan, este encantador hotel boutique permite a sus huéspedes dormir al ritmo de las olas y despertar entre palmeras.
Marcando su debut internacional, la cadena hotelera con sede en Frankfurt, The Lindenberg, concibe un espacio que es un santuario para surfistas y amantes de la naturaleza.
Entre cielo, mar y tierra
Detrás de un mural neón de arte pop, creado por el escultor alemán Tobias Rehberger, una cuidadosa selección de materiales naturales se integra de manera simbiótica al entorno.
La madera oscura de origen sostenible distingue el diseño arquitectónico del hotel, mientras la densa vegetación tropical de la isla enmarca un escenario de película. Así, entre helechos, bananeros y árboles banyan y bodhi, considerados sagrados en el budismo, cuatro torres con techos piramidales tipo bungaló se alzan entre el verde de la naturaleza.
Por otro lado, diversas áreas lounge al aire libre integran piscinas revestidas con piedra natural de Bali, añadiendo tonalidades grises y verdosas que otorgan una armonía visual al interiorismo. La misma roca mineral también cubre pisos y pasillos a lo largo del hotel, cuyo enfoque minimalista transmite el ambiente bohemio y relajado característico de Pekutatan.
En un esfuerzo por reducir su huella ambiental, la propiedad funciona con energía solar. Además, al utilizar láminas delgadas de madera en diversas paredes, la luz natural ilumina de manera exquisita cada espacio de Lost, enfatizando los acabados simples y los muebles monocromáticos que visten el alojamiento.
Templos de descanso
Exclusividad y privacidad son dos pilares clave en Lost Lindenberg, y tan solo ocho habitaciones conforman el alojamiento. Desde las Jungle Panorama Suites, con vistas panorámicas de la selva balinesa, hasta las Ocean Panorama Suites, cuya ubicación en primera fila frente al mar brinda una vista única a la inmensidad del océano Índico, ambas categorías estilo loft superan los 40 m2 y cuentan con grandes ventanales de piso a techo. Las piezas decorativas de cerámica en tonos claros, textiles y cojines de terciopelo terracota, brindan calidez al espacio.
Adicionalmente, las tarifas de estos oasis de descanso incluyen sesiones de surf lideradas por instructores locales.
Nutriendo mente y cuerpo
En el centro del hotel se encuentra su restaurante, donde una extensa mesa de siete metros recibe a los huéspedes para disfrutar durante largas horas de buena conversación y comida.
Orientada hacia ingredientes locales y de temporada, la cocina en Lost muestra un enfoque plant-based de la gastronomía tradicional balinesa con énfasis en técnicas contemporáneas que entremezcla influencias de occidente. Aquí, la frescura cobra protagonismo, ya que todos los insumos provienen de fuentes locales o se cultivan en casa.
Desde un pan francés con coco y helado de la planta asiática pandan por la mañana hasta una cena abundante con platillos, como curry con vegetales y arroz, un viaje de aromas y sabores espera a los comensales cada día. Por otra parte, el bar junto a la piscina principal ofrece cocteles clásicos como el martini blanco con ron y chocolate o el whisky con naranja y canela.
Asimismo, experiencias de bienestar y relajación se hallan al borde de la vasta jungla, donde una cabaña de madera alberga el Jungle Spa. Inspirados en aromaterapia y rituales locales, los masajes y terapias a la carta se enfocan en revivir tus sentidos.
Desde exfoliaciones corporales con ingredientes como cúrcuma, aloe vera y coco para calmar la piel, hasta tratamientos con bambú y sesiones de piedras calientes para relajar los músculos, renovar la mente y recuperar tu energía es prioridad.