Golden Triangle se le llama al punto de encuentro entre Tailandia, Myanmar y Laos. Antiguamente, la región generaba grandes ingresos debido a la producción de opio. Prohibida en la actualidad, la región se ha transformado en paso obligatorio para quienes deciden recorrer Tailandia, por sus vistas espectaculares, la calidez de su gente y especialmente por la oportunidad de hospedarse en el Four Seasons Tended Camp Golden Triangle.
Con tan solo 16 habitaciones, se considera el segundo hotel más pequeño de la cadena en todo el mundo. Sin embargo, las 103 personas que conforman su personal y los elefantes con los que comparten terreno, garantizan una gran experiencia. Se trata del primer Four Seasons all-inclusive y, sin duda, es la revolución del lujo en la hotelería actual.
HABITACIONES
El hotel ha llevado el glamping al siguiente nivel, por lo que en todas las tiendas se cuenta con regadera al aire libre con vistas inimaginables, una tina dentro de la habitación, muebles hechos a mano por artesanos locales y acabados que reflejan la cultura del norte de Tailandia con una decoración muy distintiva. Todas las tents tienen balcón y en algunas incluso encontrarás un jacuzzi privado.
En cada habitación se cuida hasta el más mínimo detalle, por lo que todos los días hallarás un cookie jar con galletas recién horneadas y una carta con un cuento folclórico tailandés diferente. Verás que casi no se usa papel y que el plástico ha sido definitivamente olvidado en el servicio que proporcionan.
Además de las tents, el hotel cuenta con un lodge, y decir que la decoración y el espacio son espectaculares sería subestimarlo. Aquí pueden hospedarse hasta seis invitados y cuenta con amplios balcones y un deck para disfrutar de su alberca privada. Además, el hotel destina servicios especiales para este lugar, como un asado privado en la terraza o la opción de ver una película bajo las estrellas.
RESTAURANTES
En el restaurante Nong Yao encontrarás una mezcla de sabores de las tres regiones que comprende la zona. Durante el desayuno y el almuerzo tendrás una extensa carta con opciones tailandesas y occidentales para disfrutar de lo que más se te antoje. Desde un som tam pu nim hasta una pasta negra con salsa cremosa y camarones, o una clásica hamburguesa, ningún platillo decepciona. Debo hacer una recomendación especial para iniciar el día: sus Banana Pancakes, suaves y esponjosos con trozos de plátano en la masa, acompañados con más plátano, mantequilla y miel de maple, los mejores que he probado.
Por la noche cada día hay un menú de cinco tiempos tailandés y otro igual de cocina occidental, sin embargo, se presta a ajustes para personalizar la experiencia.
Para disfrutar de un coctel con vista al río, en un ambiente rústico y muy cálido, está el Burma Bar. El must del lugar es el Martini de lemon grass o té limón, un ingrediente muy empleado en la cocina tailandesa. Y en el Wine Cellar podrás disfrutar todos los días un maridaje con quesos y vinos minuciosamente seleccionados para ofrecer una inolvidable experiencia gastronómica.
Por último, el hotel pone a la disposición diversas opciones de private dining, según las preferencias de los huéspedes, thai u occidental, ya sea en el campamento de elefantes, cerca del área de la alberca o en el Mai Pai Lounge. Además, la decoración con focos, velas y detalles tailandeses lo convierten en una vivencia única.
SPA
Al reservar tu estancia, recibirías un masaje de 90 minutos y podrás agregarle otros elementos que desees, así como disfrutarlo en la comodidad de tu habitación. Sin embargo, la recomendación es hacerlo en el spa por sus instalaciones sin precedentes: en medio del bosque de bambú, las cabinas del spa se encuentran techadas, pero casi completamente abiertas a los lados, de manera que los sonidos selváticos de relajación vienen naturalmente incluidos en el masaje.
Los tratamientos también son una experiencia aparte en este lugar. Desde un tradicional masaje thai, hasta uno con bambú utilizado como rodillo con aceites calientes para lograr una relajación sinigual.
ACTIVIDADES
El hotel ofrece apoyo para la organización de diferentes actividades que pueden ser una visita al Museo del Opio, un paseo en lancha por el Mekong, algunas rutas de hiking –una especialmente hermosa que cruza una plantación de té–, y distintos tours por Burma o Chiang Rai. Además, podrás tomar clases de cocina o disfrutar de un picnic a la orilla del río.
Sin embargo, la estrella del lugar es la actividad “My elephant and I”. Los elefantes han jugado por siglos un importante papel cultural y económico en Tailandia, habiendo sido explotados por su capacidad de carga, como medio de transporte y por el atractivo turístico que representan.
El hotel trabaja de cerca con la Golden Triangle Asian Elephant Foundation (GTAEF), que se
encarga de rescatar elefantes en situación de explotación. No realizan cruzas ni compran ejemplares, por lo que el elefante más joven que vive en la fundación ya tiene 35 años.
Los elefantes que llevan a convivir todos los días con los huéspedes del Tented Camp son siempre hembras, ya que estas son más dóciles y, por lo tanto, más fáciles de controlar. El hotel no promueve prácticas como la de montarlos y, en cambio, ofrece actividades que te permiten interactuar con ellos sin hacerles daño.
La experiencia inicia con una plática acerca de los elefantes y sus características, en la que explican un poco sobre los elefantes en general y, particularmente, sobre los de esta zona, algunos que han vivido toda su vida en cautiverio o que en ocasiones han sido lastimados antes de llegar a este lugar. Cada uno tiene su nombre y su historia, y viven con su mahout, que es la persona que lo ha cuidado toda la vida, a quien escuchan y de quien dependen.
Después de esto, podrás caminar acompañado de los elefantes y bañarlos, cosa que agradecen por el calor, y lo demuestran moviendo la cola y orejas. Además, todas las mañanas se acercan al restaurante para que los alimenten con plátanos o pepinos, dándoselos en la trompa o directamente en la boca.
El hospedarse en Golden Triangle Tented Camp es una experiencia inolvidable gracias a su maravillosa ubicación, vistas inigualables y a su gente, pero sobre todo, a la cercana experiencia con estos majestuosos seres que transmiten una sensación de serenidad absoluta.
D. 499 MOO1 T. Vieng, Chiang Rai, Tailandia.
T. +66 53 910 200
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