Con la llegada de la temporada más luminosa del año, Maison Dior reescribe el lenguaje de los regalos. En el icónico número 30 de Montaigne, se erige como un faro de maravilla iluminada con deslumbrantes animaciones: un viaje entre el esplendor de un legado y la fascinación por la innovación.
Bajo el manto de un cielo parisino, la fachada se convierte en un poema visual, la cual está adornada con relojes que marcan el compás de un tiempo mágico. Cada detalle, desde la estrella de la suerte hasta el inconfundible Bar Jacket y los bolsos Lady Dior y Saddle, danza en una coreografía que entrelaza los códigos eternos de la Maison. En los escaparates, Dior despliega teatros, transformando cada rincón en una celebración del arte en miniatura.
En el interior de este universo, unicornios, caballitos de mar, tréboles y leones cuentan una narrativa fantástica que evoca la imaginación de Maria Grazia Chiuri para la colección Dior Crucero 2025. Y como broche de oro, ofrece una sorpresa: un rincón gastronómico bautizado como el jardín de invierno. Este espacio es mucho más que una cafetería, es una pausa envolvente donde el placer, las emociones y la alegría de compartir se entrelazan.
Dior no solo celebra la tradición de regalar, sino que eleva este gesto a una experiencia que conecta con los sentimientos más profundos.
P. dior.com
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30 Montaigne una metamorfosis de Dior que revive a su cuna histórica fashion moda 8
