Kentucky es reconocido mundialmente como el único estado productor de bourbon en el mundo. Todo comienza a finales del siglo XVIII cuando colonos alemanes, escoceses e irlandeses comenzaron a cultivar maíz en Kentucky para hacer whisky. Fue en esta época cuando personajes destileros como Jacob Beam comenzaron a comercializar su producto al resto de Estados Unidos. Cien años después ya había 2,000 destilerías de bourbon en el estado de Kentucky.
Todo el bourbon es whisky, pero no todo el whisky es bourbon. La diferencia principal entre un whisky y un bourbon, además de su país de origen, es que el bourbon está hecho en su mayoría con maíz (debe de contener al menos un 51% de maíz dentro de sus ingredientes), el cual otorga un toque dulce a la bebida. En cuanto al whisky, existen dos variedades distintas: el que se hace únicamente con cebada malteada; y el que se hace con cebada malteada y otros tipos de granos enteros.
Otra característica que hace único al bourbon es que es envejecido únicamente en barricas nuevas. Las barricas que se utilizan están hechas de roble americano y son producidas en el mismo estado de Kentucky. Pasan por un proceso de quemado en donde el interior de la barrica se carboniza durante pocos segundos, esto hace que la bebida absorba un sabor y olor a caramelo y un color dorado característico del bourbon. Aunque las barricas se utilizan solo una vez para esta bebida, estas son reutilizadas para añejar otro tipo de bebidas alcohólicas como el vino.
El agua y las condiciones climáticas de este estado son ideales para la producción de bourbon. En Kentucky existen mantos acuíferos debajo de la tierra con agua 100% pura y con un alto grado de calcio, la cual es utilizada para la elaboración de esta bebida. Además, este estado tiene muy bien marcadas las cuatro estaciones del año, esenciales para el envejecimiento en barricas.
Durante la Prohibición, todas las destilerías de Kentucky fueron cerradas y, durante poco más de una década, la producción de bourbon se detuvo por completo en Estados Unidos. Fue en esta época cuando México tomó un papel muy importante en cuanto a la producción del bourbon: algunas destilerías decidieron mudarse a nuestro país para producir su bebida y comercializarla ilegalmente en Estados Unidos. Sin embargo, las condiciones climáticas no eran tan parecidas a las de Kentucky. Es por esto que una vez culminada la Prohibición, Estados Unidos creó una ley decretando que todo el Bourbon debe de ser producido únicamente en el estado de Kentucky.
Muchas destilerías desaparecieron después de la Prohibición, pero James Beauregard Beam vio la oportunidad para agrandar la destilería creada antes de la Prohibición por sus antecesores. Fue así como, con ayuda de su familia, James B. Beam construyó de nuevo su destilería en tan solo 120 días. Desde ese momento Jim Beam ha permanecido hasta hoy en día como la marca número uno de bourbon en el mundo.
El proceso comienza cocinando una combinación de 51% de maíz con centeno y malta de cebada, con agua proveniente de los mantos acuíferos de Kentucky. Después viene la fermentación: uno de los grandes secretos de Jim Beam es la levadura que utiliza, ya que proviene del mismo linaje de levadura que utilizaban terminando la Prohibición. Esto garantiza la misma calidad y sabor del Bourbon desde hace 75 años. El resultado de la fermentación es una especie de cerveza que se destila dos veces para crear una bebida de 67.5 grados de alcohol. Ésta se coloca en barricas nuevas y envejece al menos durante 4 años.
Jim Beam ha permanecido en manos de la familia Beam desde sus inicios. Hoy en día como representante de la séptima generación de la familia se encuentra Fred Noe III, actual maestro destilero y Embajador Global de la marca quien se ha asegurado de mantener la misma calidad de siempre y de que el resto del mundo pueda disfrutar del “espíritu nativo de Estados Unidos”.
