Descansar de nuestra rutina diaria siempre es el pretexto perfecto para darnos unas vacaciones y relajarnos. Qué mejor que hacerlo en este lugar santo, donde conectarás con la naturaleza como nunca antes y podrás disfrutar un fin de semana romántico o unas vacaciones en familia, te presentamos El Santuario Resort & Spa.
Cuando el grupo hotelero mexicano Hamak Hotels, operador y desarrollador de grandes proyectos como Ikal del Mar y Chablé, visitó El Santuario, comprendió que este lugar era el secreto del éxito por la energía y espiritualidad que despertaba la propiedad, ubicada en una milenaria montaña de cuarzo que apareció hace más de 100 millones de años y se eleva a 1600 metros sobre el nivel del mar.
En 1989, Grupo Domit pasaba por un mal momento financiero. A Michel le habían ofrecido la montaña donde hoy se encuentra El Santuario y él la rechazó. Después de una larga noche de meditación, su padre, que murió cuando él era pequeño, le dijo que debía comprarla y que sería la misión de su vida convertirla en un ejemplo mundial de convivencia entre el hombre y el medio ambiente.
Así nació este hotel, entre naturaleza, serenidad y montañas encendidas por amaneceres nunca antes vistos. Lo que lo llena de vida son sus grandes hectáreas de jardines repletos de plantas endémicas de la región, una importante selección de cactáceas, buganvilias y hierbas que posteriormente usan en su cocina y tratamientos de spa.
La propiedad cuenta con 64 suites que se identifican con los hexagramas del libro sagrado chino I Ching, que simbolizan las 64 permutaciones posibles, dispuestas en cascada, y que simbolizan el tránsito en ascenso y descenso hacia la apertura y conocimiento de uno mismo. Cada habitación cuenta con vista hacia el lago. Y, por si fuera poco, en la cima de la montaña, hay una piscina privada decorada con exclusivas piezas de arte mexicano.
Su hermoso restaurante, Na-Ha, a cargo del chef Alejandro Zuno y con unas imperdibles vistas al lago, enaltece la cultura gastronómica de la región. Los platillos, las vistas y el increíble servicio lo convierten en una de las mejores opciones para deleitar tu paladar si visitas Valle de Bravo y sus alrededores.
No dudes en preguntar por los espacios privados en el restaurante para ocasiones especiales, como una cena romántica con decoración y ambientación especial.
Por si fuera poco, cuenta con la novedad de un menú de degustación a ciegas, la cual se realiza en los salones privados. Es una original y divertida manera de sorprender a tus seres queridos y pasar un rato agradable.
Para conectar con tu cuerpo, alma y espíritu, puedes visitar el spa, que combina tradiciones de miles de años con productos y técnicas avanzadas para que experimentes una profunda transformación interior. Entre sus terapias destacan:
Sanación profunda del alma
Terapia realizada con manejo de energía interior que nos ayuda a visualizar nuestro pasado con el fin de sanar, masaje a través de la iluminación de los ángeles y aceites medicinales que limpian las malas energías llevándonos a una meditación profunda.
Temazcalli
Guiado por el sonoterapeuta Osiris Heyerdahl, es un baño que se realiza con el vapor del agua y hierbas aromáticas y medicinales. A través de meditación, música y cantos ceremoniales, logramos establecer un vínculo entre nosotros mismos y la naturaleza.
Masaje santuario
Se implementan técnicas milenarias. El masaje no solo es para sentir placer y relajación, sino que influye directamente en la salud: mejora la circulación, descontractura los músculos, estimula el sistema linfático. Es una combinación de técnicas de cráneo, sueco, reflexología y piedras calientes.
Terapia integral de sonido
Una sesión sonoterapéutica diseñada por Osiris Heyerdahl. Combina un masaje Santuario de 50 minutos con la aplicación de diapasones bianuales sobre el cuerpo. Pregunta por el paquete que incluye esta terapia.
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